Factores de Crecimiento, ¿qué son?

Los factores de crecimiento son proteínas producidas naturalmente en nuestras células, responsables de dar instrucciones a las células para que activen sus procesos de reparación, rejuvenecimiento y multiplicación celular.

Desde el nacimiento hasta la adultez, desempeñan un papel clave en el desarrollo de huesos, órganos, nervios y la piel.

Sin embargo, al llegar a la edad madura (30-35 años), su producción disminuye, afectando la renovación y reparación celular. En la piel, notamos una transición hacia la fragilidad y vulnerabilidad.

La buena noticia es que existen formas de obtener factores de crecimiento a través de la bioingeniería, como los EGF naturales (Epidermal Growth Factors), réplicas exactas de los que produce nuestro cuerpo. Estos EGF se crean a partir de segmentos de ADN humano, multiplicados a través de un ingenioso proceso con microorganismos y plantas.

¿Qué beneficios aportan los factores de crecimiento?

• En altas concentraciones, son la forma más natural de lograr una piel regenerada.
• Estimulan fibroblastos para producir colágeno, ácido hialurónico y elastina, mejorando textura, firmeza y elasticidad.
• Reducen líneas de expresión, arrugas, hiperpigmentación, acné y cicatrices superficiales.
• En resumen, los factores de crecimiento promueven la estimulación, reparación y regeneración celular, ofreciendo una piel rejuvenecida, firme, luminosa y uniforme.

En cuanto a la edad recomendada, a partir de los 30 se observan mejoras notables, pero son beneficiosos a cualquier edad como preventivo.

No hay incompatibilidad específica con otros productos cosméticos, pero siempre es aconsejable seguir precauciones generales. Los factores de crecimiento son ideales para pieles sensibles, alérgicas o atópicas, ya que son elementos familiares para nuestra dermis.